miércoles, 30 de enero de 2013

Hundida la ciudad, la humanidad.. tomando aire antes de llegar a la costa, a la orilla. Hay tiempo y ésta es la forma, sin movimiento ni acción no hay reforma ni revolución. Sin quejarse la marea cambia, cada día cambia el campo de color, la golondrina de hemisferio, en silencio haremos lo nuestro. El aire huele a costa, es la atmósfera, dice: "será sana la mutación al llegar, al regresar" .-

Señorita Carolina.-

martes, 29 de enero de 2013

Dice tu piel, y va contándome al derecho y al revés, todo el dolor, toda la risa, todo el mundo y tanto amor. Dice la luz que tu mirada fue perdiendo claridad después de ver las maravillas, la mentira y su verdad. Oyes mi voz y desconfías, porque así te enseñó la libertad dice la dueña del principio y del final.
Tiene sentido reconocernos, ¿qué si aceptamos? nos entregamos con todos los sentidos, uno por uno hasta llenarme de tu vida, hasta que entienda que hasta aquí llega tu vida, con todos mis sentidos robando cada sensación hasta quedarnos..
Huele a café, a la nostalgia, la pureza y al placer. Huele a temor estar tan juntos y sin nadie alrededor. Sabes a ti, al paraíso que me ofreces desde aquí.. Sabes a paz, a no querer estar nunca en otro lugar. 

Santiago Cruz.-

martes, 22 de enero de 2013

La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan como ingredientes una piedrita y la punta de un zapato.-